Como parte del Programa de investigación en Relaciones Laborales, Economía Social y Formación radicado en la Secretaría de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales UNLZ, la segunda parte del proyecto “Desde las escuelas-fábrica a las prácticas profesionalizantes” tuvo entre sus objetivos examinar las expectativas empresariales vinculadas a las demandas laborales que están surgiendo como consecuencia de la utilización de nuevas tecnologías.
En este sentido en el proyecto dirigido por el docente investigador Rubén Lucero se destacó que “la utilización de nuevas tecnologías ha dado lugar al surgimiento de nuevas calificaciones laborales que exigen mayores niveles de abstracción, así como también de manipulación de equipamientos sofisticados que generan nuevas trayectorias ocupacionales, menos rígidas y muy distintas a las de las etapas anteriores”.
Observar si esos requerimientos para el ámbito laboral son posibles de resolver desde la formación tradicional es el eje de un trabajo que abarcó ámbitos empresariales e institucionales.
El estudio destaca también que “el empleo tal como lo conocemos, incluyendo el nivel de las condiciones de trabajo y el respeto de los derechos laborales fundamentales está siendo amenazado con consecuencias aún impredecibles” dado que el uso de tecnologías en sus innumerables combinaciones, incluyendo la creciente incorporación de la robótica, la impresión 3D y la internet de las cosas, tanto en los procesos productivos como en la prestación de servicios esenciales para las comunidades está comenzando a incorporar cambios sustantivos en la composición de los empleos, constituyendo un enorme desafío para los sistemas educativos en su conjunto, indica Lucero.
La investigación da cuenta, además, del retroceso productivo latinoamericano y de Argentina en particular en relación a las economías más desarrolladas, lo cual retrotrae a la región a procesos de reprimarización en detrimento de las políticas de industrialización que prevalecieron durante el siglo XX, incrementándose así los sectores vulnerables y la precarización laboral.
En Argentina menos de 15 por ciento de los jóvenes transita el camino de la formación profesional y debe ser un desafío de políticas y acciones gubernamentales si se quiere empezar a revertir esta tendencia.
En el proyecto se destaca la experiencia del SENAI (Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial) de Brasil, que mediante observatorios tecnológicos procura enfrentar los cambios que generan la globalización y la internacionalización de las economías.
Finalmente en la investigación se destaca que “resulta bastante complejo abordar los eventuales impactos sobre los empleos que sobrevendrán como resultado de la utilización de las nuevas tecnologías y las constantes innovaciones (…). Estudios recientes indican que la revolución tecnológica en curso se asienta en la utilización de los denominados “megadatos” o “big data”, impresoras en 3D y robots en los procesos de manufactura, que parecen ser los elementos que potencialmente son los destructores de los empleos. (…) Los desafíos por venir son los relacionados en cómo manejar estos cambios y profundizar sobre la cuestión de las competencias y la formación como factores esenciales para sostener los empleos. En este escenario, se advierte el surgimiento de mercados de trabajo que requerirán una interrelación estrecha, pero compleja a la vez, entre los sistemas educativos y las nuevas demandas de competencias y habilidades”.
El grupo de trabajo de Rubén Lucero se integra con los docentes investigadores Natalia Basanta, Melina Castellano, Liliana Menseguez y Alejandro Szer. Entre sus conclusiones se indica que “las discusiones sobre estrategias de formación y capacitación y sobre la relación público – privada posee variadas aristas, y que debe ser abordado en forma continua y permanente”. Desde esa lógica se subraya la importancia de la formación laboral en el seno de la propia actividad empresarial y la capacitación permanente como condición imprescindible. La presencia estatal y la participación de los trabajadores es necesaria “para garantizar derechos laborales consagrados y también normas de competencia certificadas con un doble objetivo: reconocimiento del esfuerzo y la generación de procedimientos más transparentes hacia el mercado de trabajo”.
La investigación se desarrolló con material bibliográfico revisado, recopilado y sistematizado como marco teórico para la serie de entrevistas realizadas con referentes de sectores clave en el circuito contemplado.
