Cifras, porcentajes, curvas logarítmicas, crecimiento exponencial, pico, montaña. Así como durante los mundiales de fútbol nos convertimos en directores técnicos y en tiempos de crisis discutimos como si fuéramos especialistas en la negociación de deudas soberanas, la pandemia nos forzó no solo a cuidarnos, sino a asomarnos a vocablos y complejos conceptos técnicos para entender qué está pasando y, especialmente, qué nos espera en el futuro próximo.
Con frecuencia, estos términos se sintetizan en cifras que permiten cartografiar la propagación del virus y sacar conclusiones. Pero, como siempre, la mayoría de los números (y las palabras) no quieren decir mucho sin un contexto que permita interpretarlos. Estos son los diez ítems que tenemos que tener en cuenta para entender dónde estamos parados .
Tests
Una de las medidas para seguirle el rastro al virus es identificar qué individuos están infectados con las ya famosas pruebas de PCR. La cantidad de tests fue eje de debate en la Argentina y el mundo. Hubo quienes plantearon que habría que testear más masivamente, e incluso a toda la población. Pero la mayoría de los especialistas argumentaron que sería impracticable, porque no hay kits, máquinas ni personal suficiente. Hay otra razón que complica la posibilidad del testeo «masivo»: el período de ventana que tiene la infección. La PCR empieza a dar resultados confiables al tercer o cuarto día del comienzo de los síntomas . O sea que antes de esa fecha, podría arrojar falsos negativos. Esto hizo que mientras la OMS aconsejaba «testear, testear, testear» y no bajar de un 10% de positividad (cantidad de resultados positivos sobre pruebas realizadas), muy pronto comenzó a discutirse cuántos de estos análisis hay que realizar para obtener una foto fiel de lo que está sucediendo. Y lo cierto es que no hay un número fijo.