Radiografía de tres brotes: así se contagiaron y así podemos evitarlo

Una oficina, un restaurante y un autobús. Tres contagios múltiples, estudiados minuciosamente por las autoridades sanitarias, ofrecen valiosas lecciones para la desescalada.

 

Un restaurante abarrotado para celebrar el Año Nuevo chino. Un centenar de contagios en un edificio de diecinueve plantas. Un grupo de devotos budistas que viajan en autobús para un rito religioso. Son tres brotes reales, minuciosamente documentados por las autoridades, en los que se produjeron múltiples contagios de covid. ¿Qué ocurrió en esos escenarios? ¿Cuáles fueron los factores de riesgo? ¿Qué lecciones podemos aprender, ahora que tratamos de recuperar la normalidad, en restaurantes, oficinas, medios de transporte y otros lugares similares?

La oficina

En una sola estancia de un call center se multiplicó el riesgo de contagio al sumar cuatro factores decisivos: contactos múltiples, cercanos y prolongados en un espacio cerrado.

 

En la investigación que realizaron las autoridades seulenses se descubrió que allí se concentraban casi todos los contagios descubiertos en el brote que afectaba a un edificio de diecinueve plantas que implicaba a más de mil personas, entre vecinos y trabajadores. Pero los contagios se concentran casi exclusivamente en la misma sala. A pesar de la considerable interacción entre los trabajadores en diferentes pisos del edificio en los ascensores y el vestíbulo, la propagación se limitó a esa estancia llena de empleados en sus mesas, “lo que indica que la duración de la interacción (o contacto) probablemente fue el principal facilitador para una mayor difusión”, explican los científicos coreanos en un estudio.

Las recomendaciones de los científicos y las autoridades sanitarias inciden en evitar esa multiplicación de riesgos evitando la concentración de personas en lo posible. Las medidas van desde decisiones administrativas como teletrabajar por turnos o cuando se presenten síntomas, hasta protecciones físicas como mascarillas o evitar que los empleados compartan materiales de oficina. Además, se recomienda la separación de los trabajadores, evitar aglomeraciones en reuniones, accesos o zonas de comidas, y mantener los espacios correctamente ventilados. “Debemos reducir la concentración de personas y el tiempo de exposición, el rato que pasan juntas. Si reducimos uno y otro factor, reducimos el riesgo”, resume Maricruz Minguillón, investigadora de IDAEA-CSIC.

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Fuente: El País (España)

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