“Lo que más necesita el mundo ahora son alimentos y energía”

El docente investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias, Ezequiel García Stepien, encabeza uno de los más de cien proyectos Lomas CyT. Su iniciativa busca caracterizar una especie de cardo que abunda en nuestra zona con el objetivo de usar el rastrojo para generar bioenergía. “Esta podría ser una forma de producir energía sin competir con alimentos”, remarca.

 

Cuando Ezequiel García Stepien estaba por finalizar la escuela secundaria, no sabía exactamente a qué se dedicaba un Ingeniero Agrónomo. Lo que sí tenía por seguro es que esa era su vocación. Un preceptor de su colegio le presentó la UNLZ y cuando la visitó en el año 2000 decidió que aquí comenzaría a desarrollar esa vocación.

Años después, con un importante recorrido en docencia e investigación, está a punto de doctorarse en Ciencias Agrarias y Forestales por la Universidad Nacional de La Plata y dirige un Proyecto Lomas CyT que busca caracterizar las variedades de cardos y explorar el posible uso en la generación de bioenergía de segunda generación.

 

¿Por qué elegiste la carrera?

Por vocación. Sabía que quería estudiar Agronomía, y un preceptor del colegio me dijo que probara en la UNLZ. Vinimos con un compañero al predio del bosque y me encantó el lugar. Había chicos estudiando, tomando mate, haciendo recorridas por el bosque, observando las plantas. Sabía que me gustaban las plantas, la biología, la química, pero me fui interiorizando y buscando dónde podía trabajar como ingeniero agrónomo, qué funciones tenía.

 

¿En qué estás trabajando actualmente?

Trabajo en las cátedras de Cerealicultura y en Manejo de Recursos forrajeros.

 

¿Cuándo comenzaste el trabajo en investigación?

Empecé en la cátedra de Química orgánica como ayudante alumno. Después pasé por Fitopatología, pero necesitaba salir al campo y conocer lugares. Ahí entré en Cerealicultura y me involucré en un proyecto que me llevó a viajar por distintas localidades de la Provincia, Tandil, Cañuelas, haciendo ensayos de maíz. Lo que hacíamos era sembrar ensayos de maíz y después evaluar cuánto produce en esa zona. En ese momento me empecé a interesar más en la parte de investigación.

 

¿De qué se trata la Cerealicultura?

Estudia los cereales: trigo, sorgo, maíz, arroz, cebada, centeno, avena. Los estudiamos desde distintas partes botánica, morfológica, fisiológica y fenológica, esto es cómo se va desarrollando ese cultivo, cómo intervenir y cómo mejorar su rendimiento con cuestiones de manejo y genética. También evaluamos cómo el ambiente influye en esos procesos, para que los técnicos, los productores, los profesionales sepan cuándo y cómo intervenir.

 

Los vegetales como generadores de energía

 

¿Cómo surge la idea del proyecto de Lomas CyT?

En mi doctorado hice una caracterización del rastrojo del maíz, que es lo que queda después de la cosecha el grano y que no sirve para alimentación, en cuanto a su calidad de biomasa. Esa biomasa, puede ser utilizada como celulosa para hacer papel; para fermentar y producir alcohol y hacer bioetanol, o para quemarlo y hacer energía desde el proceso de pirólisis. Puede tener distintos fines. Con esa experiencia presenté el proyecto Lomas CyT sobre cardos.

 

«El cardo es una maleza, una especie que no es considerada de producción, sino que es una especie marginal. El objetivo es caracterizarla y evaluar qué aprovechamiento bioenergético se puede hacer de esa especie. Esta podría ser una forma de producir energía sin competir con alimentos”.

 

¿De qué se trata el proyecto?

El cardo es una maleza, una especie que no es considerada de producción, sino que es una especie marginal. El objetivo es caracterizarla y evaluar qué aprovechamiento bioenergético se puede hacer de esa especie. Por ejemplo, en el caso de tener una alta infestación en un campo o mismo considerar la posibilidad de que sea sembrada con fines bioenergéticos en áreas no convencionales o escasamente productivas. Lo que más necesita el mundo ahora son alimentos y energía. Esta podría ser una forma de producir energía sin competir con alimentos.

 

¿Cómo se realiza esa caracterización?

Lo que nosotros hacemos es ver cuánto produce y qué composición tiene en celulosa, hemicelulosa y lignina, que son los principales componentes de la pared celular de las plantas. En base a eso podemos determinar si es más o menos productivo para generar bioenergía de segunda generación.

Se trata de un proyecto multidisciplinario para ver qué hacemos con ese recurso que está escasamente estudiado y que abunda en nuestra zona de influencia. Nosotros lo caracterizamos y decimos si la producción de bioenergía es una posibilidad.

¿Cuál es el proceso para producir bioetanol?

La producción de bioenergía de segunda generación o lignocelulósica es un proceso de fermentación. Lo que hacemos es romper las estructuras de celulosa y hemicelulosa en moléculas más sencillas, azúcares, para que los microorganismos que producen alcohol los fermenten produciendo bioetanol.

 

“Se trata de un proyecto multidisciplinario para ver qué hacemos con ese recurso que está escasamente estudiado y que abunda en nuestra zona de influencia. Nosotros lo caracterizamos y decimos si la producción de bioenergía es una posibilidad”.

¿En Argentina ya se produce este tipo de energía?

Actualmente es una tecnología que no se utiliza mucho en nuestro país por su costo. El bioetanol en Argentina es producido a través de tecnologías de primera generación, proviniendo de la fermentación de caña de azúcar y del almidón del grano de maíz y otros cereales. Todo lo que tenga almidón es más fácil de traspasar a azúcares. Lo que tiene celulosa y hemicelulosa es más difícil de degradar, hay que realizarle un pretratamiento para poder romperla más y lograr un mejor aprovechamiento. Para lograr una aplicabilidad más inmediata, hay que ajustar procesos industriales y dimensionar bien las plantas a un uso regional.

 

La relación con el sistema productivo

 

¿Cómo se trabaja la relación de investigación con los productores?

Hay dos formas básicas de generar proyectos: ascendente y descendente. En el primer caso va del productor al investigador: vas y ves que hay una problemática zonal o regional, y tratás de solucionarla y en el segundo caso cuando se plantea una política de investigación con una temática que se investiga y después se baja al productor. En los casos de investigaciones ascendentes son más resolutivas y tienen que ver con nuestra área de influencia.

 

¿Cómo ves la relación de la UNLZ con los sectores productivos?

La Facultad se abrió mucho en los últimos años, hay una llegada más fluida al productor, a mesas de debate, a asociaciones, comisiones, etc. Se está llegando a una escala de decisión no sólo productiva sino también política. Nuestra Facultad está muy bien vista, nuestros egresados trabajan en Argentina y el mundo en puestos jerárquicos. Nuestro mejor legado es que los estudiantes nos superen en capacidad siendo excelentes profesionales.

 

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