“Las investigaciones nos dan herramientas para mejorar las intervenciones terapéuticas”

Sandra Vanotti, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales, encabeza, junto a profesionales del Servicio de Atención y Orientación Psicopedagógica (SAOP), un proyecto que busca conocer el impacto de las situaciones de vulnerabilidad en las funciones cognitivas de niños y niñas de la región. “Es muy importante que la universidad apoye este estudio donde vamos a poder ver qué le sucede a nuestros niños”, sostiene.

Sandra Vanotti se define como “investigadora clínica”. En su amplia trayectoria, trabajó en la atención a personas con problemas neurológicos, investigó y validó distintas escalas de diagnóstico y ejerció la docencia en Universidades. En la actualidad, integra la cátedra de Clínica Psicopedagógica de nuestra Facultad de Ciencias Sociales y la de Neuropsicología Práctica: Técnicas de Evaluación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

Licenciada en Fonoaudiología y Doctora en Psicología por la UBA, Vanotti encabeza, junto a profesionales del Servicio de Atención y Orientación Psicopedagógica (SAOP), un proyecto de Lomas Ciencia y Técnica que busca conocer el impacto de las situaciones de vulnerabilidad en las funciones cognitivas de niños y niñas de la región.

 

¿Cómo comenzó el interés por investigar?

Yo soy principalmente una persona clínica. Trabajo con niños y adultos, pero sobre todo niños, en el área neurológica, con problemas neurológicos. En el 2000 aproximadamente me empezó a interesar buscar datos, ver lo que pasa con lo que finalmente uno realiza. Me dediqué especialmente a la validación de escalas que es una carencia importante en el país. Me considero una investigadora clínica. Las investigaciones nos dan herramientas para hacer mejoras en las intervenciones terapéuticas.

 

Trabajó mucho en el área de esclerosis múltiple

La vida me fue llevando. Hace muchos años trabajaba en la parte fonoaudiológica y veía que la gente con esclerosis tenía problemas en el lenguaje, de memoria, y me puse a investigar. Había poco estudiado. Esto me incentivó a validar las escalas. Ahora Argentina y Latinoamérica cuenta con baremos y normalizaciones propias.

 

¿Qué significa validar escalas?

Pueden ser test cognitivos, que evalúan la atención, el lenguaje o la memoria. Validarlas es importante porque Argentina carece de eso. En ese sentido cuando uno evalúa una persona con métodos cuantitativos llega a un número que lo debe comparar con personas del mismo rango etario y educacional. En general los test con los que uno cuenta tienen baremos de otros países, y ese es un error porque nosotros tenemos nuestra propia idiosincrasia, por lo que es probable que nuestra performance sea diferente. Entonces, a veces se diagnostica a un niño con por ejemplo problemas del lenguaje pero se lo está comparando con una población que no es local. Es un desafío de toda la Argentina porque incluso hay diferencias de parámetros dentro del país.

 

«Creemos que los índices de vulnerabilidad marcan una baja performance en áreas como lenguaje, memoria de trabajo y funciones cognitivas que luego impactan en la escritura, lectura y aprendizaje».

 

¿De eso se trata el Proyecto Lomas CyT?

Queremos ver cómo impactan los índices de vulnerabilidad propios de nuestra región en las funciones cognitivas, especialmente en el dibujo, en el lenguaje, en el juego, en la lectura y escritura. Es muy importante que la universidad apoye este estudio donde vamos a poder ver qué le sucede a nuestros niños.

 

¿Cuál es la hipótesis de trabajo?

Nosotros creemos que los índices de vulnerabilidad marcan una baja performance en áreas como lenguaje, memoria de trabajo y funciones cognitivas que luego impactan en la escritura, lectura y aprendizaje. Estas variables, como las funciones ejecutivas, el lenguaje y la memoria de trabajo inciden en el dibujo, el juego, la lectura y la escritura.

 

¿A qué clase de vulnerabilidades se refieren?

Estamos trabajando en protocolos para evaluar a los padres y madres para definir esos índices. Pero nos referimos a vulnerabilidades sociales y de salud.

 

¿Cómo será la metodología de trabajo?

Tendremos cuatro sesiones con cada niño y una con sus padres para hacer la indagación sobre los índices de vulnerabilidad social y de salud. Se trabajará en las diferentes escalas y tests, algunas validadas en nuestro país o en otros, y otras realizadas ad hoc. El SAOP está desarrollando maneras de poder cuantificar las alteraciones en el dibujo, juego, lectura y escritura para poder dar cuenta de la problemática en nuestros niños. Esto es un desafío para los profesionales del espacio porque lo que se ve en las sesiones cotidianas, se va a materializar y transformar en escalas específicas.

Además utilizaremos herramientas de la estadística para determinar la incidencia de las variables en las deficiencias que se vean.

 

«Los resultados van a mostrarnos cómo trabajar después en el lenguaje, en la memoria de trabajo y en las funciones ejecutivas que están alteradas para que los niños mejoren su lectura, escritura y en definitiva tengan una mejor calidad de vida».

 

¿Cuál es la importancia de este tipo de estudios?

Los resultados van a mostrarnos cómo trabajar después en el lenguaje, en la memoria de trabajo y en las funciones ejecutivas que están alteradas para que los niños mejoren su lectura, escritura y en definitiva tengan una mejor calidad de vida. Esos datos van a ser útiles especialmente para nuestra propia población. Los resultados van a dar luz de estas deficiencias o performances más deficitarias de los niños, para trabajar en eso.

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